Dorian – Disfrutando del principio del final
“Esperamos que esta noche sea única y saltemos todos juntos»,
gritaba Marc en su primer concierto en la Sala La Mirona en Girona. Así empezaba el viaje con Dorian, un espectacular inicio con confeti blanco que teñía la sala de una fina textura que todo el mundo saltaba. 1000 voces gritaban porque por fin había llegado. Ya estaba aquí. El principio del fin. Dorian en su concierto final de Gira «Diez años y un día»
Dorian es una de esas bandas que crece por su identidad. Y además, crece de manera exponencial. De ahí que este final de gira haya hecho tanto ruido y se convierta en una auténtica fiesta para Girona. Y eso también se notaba en el escenario. A pesar de llevar rodada la gira, las caras de Marc y la banda tenían una amplia sonrisa entre tema y tema. Sabes que has hecho una gran gira, has llenado salas, has emocionado a miles de personas y ahora toca cerrar una etapa y preparar la siguiente.
Fotografiar a una banda como Dorian no es sencillo, pero tampoco es difícil. Me explico: No es sencillo porque tienen una puesta en escena (espectacular por cierto) pero que es un desafío para cualquier fotógrafo. La mayoría del tiempo del concierto Marc está a contraluz 100% (trata de enfocar rápido si puedes..) Cuando has podido ver a diferentes bandas desde el foso descubres que tienes que estar preparado para cualquier cosa, ya que nunca sabes lo que te puedes encontrar con cada banda que tiene un look, unos colores y una estética marcada. Pero tampoco es difícil porque lo que necesitas hacer como fotógrafo es entender esa puesta en escena, sumergirte en ella y empezar a pensar como piensa el técnico de luces. Convertir en una ventaja aquello que parece una desventaja. Aquí la galería completa
Hasta aquí bien, pero estuve a punto de provocar un accidente: Hasta hoy no me había encontrado con ningún objeto en el foso más haya de los altavoces subgraves (que por cierto, Dorian los EXPRIME MUCHO! Te vibraba hasta el DNI!). Conozco la sala La Mirona y en el foso estoy habituado a moverme, pero qué sorpresa la mia cuando encuentro una caja de rack (son las cajas que se utilizan para transportar material de la banda) en MEDIO del foso, justo delante de Marc ya una altura de 1’50m aprox. Lo primero que pienso es, «Vaya, las prisas han hecho que se les quede esto justo AQUÍ EN MEDIO» y yo, con mi buena voluntad aparto esa caja de rack que estaba vacía y la coloco bajo el escenario. Por cierto, algo raro es que cinta pegada en la parte superior (cinta fluorescente que se veía a oscuras)«Ahora sí, ahora hay espacio» pensé en mi cabeza. Además, justo tenía a Marc delante para poderlo centrar en mi fotografía. Todo perfecto. Pero (como siempre en todo hay un «pero») mientras veo a Marc a través de mi cámara dándolo todo con su pierna encima de su monitor, la rebelación llega a mi cabeza y pienso… «Quizás sería bueno dejar las cosas cómo te las hayas encontrado, total tampoco molesta»
Total, que en un afán de respeto a los profesionales de montaje, acabo de hacer mis fotos en esa posición y lo dejo como estaba. Estar en el foso con Dorian tiene un factor de riesgo, y es que a Marc le gusta el contacto con su público. Dorian tiene habilitada una plataforma en el propio foso para que Marc baje y pueda estar a dos palmos de sus fans que luchan por extender su brazo y tocar algo de Marc. Por un momento, visualizad una caída al vacío de unos 1’50m a oscuras, con una guitarra colgada y con una valla de aluminio a 2 metros repleta de brazos de fans. El desenlace podría haber sido caótico. Lo cierto es que el hecho de que tuviese el perímetro marcado y una cruz en el centro del rack me hizo pensar que estaba señalando algo, pero no caí. Normalmente colocan algún cartel o un «NO MOVER» para entender que aquello forma parte del escenario y no es un error. Por suerte, Marc está vivito y coleando. El sentido común me guió… Imagino que todos los fotógrafos de conciertos aprendemos esto en los primeros años de nuestra carrera. ¿Pero mejor que sea sin ver las consecuencias, verdad? jeje.
Guitarras y sintetizadores, y una contundente batería de la mano de Victor López que tuvo un gran solo al cerrar “Domingo Perfecto”. Un solo rompedor, con strobo de todo el escenario creando un clímax épico. “El hombre que nos empuja y da garra a la banda”, así lo presentó Marc y no dudamos de sus palabras al acabar el solo de Victor perfectamente ejecutado.
Quizás de las mejores cosas que tiene Dorian es que entre su público había varias generaciones. Eso si, el plan familiar se lo dejan para otras bandas. Aquí se venía a saltar. Aquí vienen los fieles y peregrinos de la banda que incluso luchan por la hoja con el setlist que Marc tenia enganchada a sus pies. Ese fue uno de los obsequios más valiosos al acabar al concierto que unas fans se disputaron como lucha en barro. No me extrañaría que el setlist se hubiese repartido entre ellas.. Dorian transmite paz y demuestran que se encuentran muy cómodos en su música. No cabe duda que creen en lo que hacen y han encontrado su lugar el cual han consolidado con su último disco «Diez años y un día».
Temas fundamentales como “Solar” o esa preciosa pareja de temas acústicos en el que “Te echamos de menos” y “Simulacro de emergencia” hacen girar la bola de discoteca de La Mirona y toda la sala estremece ante la espectacularidad de la sencillez de esos temas. Un espectáculo que, aunque estés trabajando, cómo fotógrafo no te deja de emocionar y por momentos, quedarte embobado con la cámara aun lado de tu cara mirando fijamente la maravilla que sucede en el escenario.
El concierto cerró con una explosión de confeti blanco, bolas gigantes botando por el público y una fiesta en la que los decibelios de la sala se batallaban un duro pulso con los decibelios de las gargantas del público. Estremecedormente precioso. Acaba el último tema y yo me encontraba en el lateral del escenario, por donde la banda salía hacia su camerino. Y no tengo fotos del momento por respeto, pero os aseguro que los abrazos que se dieron justo al abandonar el escenario fueron de satisfacción y amistad. Creo que la música nos lleva a todos a otra esfera; a quien la escucha, a quien la hace, e incluso a quien la fotografía. La música no se toca.
Tras una firma de discos a los fans a pie de pista, me dispongo a entrar en el camerino para intercambiar unas palabras con la banda, y qué sorpresa al encontrarme de primeras a Marc, quien me recibe muy calurosamente y me invita a pasar, y de paso a llevarme algo que guardaré mucho tiempo… Aquí os dejo una foto. Lo que hablamos allí dentro, allí se queda, pero tan solo puedo decir. GRACIAS DORIAN.
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